El humo de tabaco es un gran problema
de salud pública debido a los efectos que genera en el corto y largo plazo. El INEN
reporta que cerca de 16,700 peruanos mueren al año por diferentes enfermedades
relacionadas con su consumo, entre ellas el cáncer, que en la actualidad es la
segunda causa de muerte en el país, señaló el Dr. José Yachachin, profesor de Medicina
de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). “Sin embargo, tampoco se puede
dejar pasar por alto que el Perú es un país con alta frecuencia de
tuberculosis, y el humo de tabaco ha mostrado que los fumadores tienen riesgo
de hasta 6 veces más de padecerla en relación a quienes no fuman”, resaltó en
el marco del Día Mundial Sin Tabaco.
Según datos de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), en todo el mundo, más de 24 millones de
adolescentes de entre 13 y 15 años, fuman cigarrillos (más frecuente en varones)
y alrededor del 4% usan productos de tabaco sin humo. En las Américas,
alrededor de 4,6 millones de adolescentes de entre 13 y 15 años fuman
cigarrillos (cifra similar entre varones y mujeres).
“En el Perú actualmente hay casi
medio millón de peruanos de entre 19 a 24 años que han desarrollado el hábito de
fumar. Pese a que no se cuenta con datos exactos del incremento del consumo de
tabaco en jóvenes, sí es claro que existe un preocupante acortamiento de la
brecha del gusto y consumo de cigarrillos entre los jóvenes, siendo en mujeres
adolescentes alrededor del 17% frente al 22% de los varones”, refirió el
especialista de la UPCH.
Comentó que en el Perú existe el Convenio
Marco para el Control de Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
con el cual se está teniendo éxito en el control del consumo de tabaco, tanto
así que durante los últimos 10 años la prevalencia de consumo de tabaco cayó de
32% a 12%, sin embargo, estas cifras aún son insuficientes para lograr un buen
control del consumo de esta sustancia.
Destacó que casi el 80% de los más
de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos
o medios. Asimismo, cada año mata a más de 7 millones de personas, de las
cuales más de 6 millones son consumidores del producto y alrededor de 890,000 son
no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno.
“A corto plazo el consumo de
tabaco provoca la disminución de la función pulmonar, tos, sensación de ahogo y
reducción de la condición física. En tanto, a largo periodo, genera enfermedades
cardiovasculares, enfermedades cerebrovasculares, cáncer de pulmón, cáncer de
laringe, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), entre otras”, mencionó
el Dr. José Yachachin.
Agregó que el consumo también representa
costos económicos directos a la sociedad, como el tratamiento de las enfermedades
relacionadas con el tabaco, así como costos indirectos, por ejemplo, los
asociados con la disminución de la productividad o la pérdida de salarios por
causa de muerte o enfermedad.
Fumadores
pasivos en peligro constante
El especialista de la UPCH resaltó
que el riesgo de padecer cáncer de pulmón es de un 20% a 50% más elevado en
quienes conviven con personas fumadoras. Precisó que la exposición al aire
contaminado por el humo del tabaco implica un aumento de 30% de riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares. “Si se vive con alguien que consume una
cajetilla diaria es como si tú fumaras también nueve cigarrillos”, resaltó.
En gestantes el humo de tabaco
está asociado a aborto espontáneo, embarazo ectópico (que se desarrolla
fuera del útero o matriz), siendo este mayor si existe incremento de la
exposición. En adultos mayores, la exposición está asociada al síndrome de
fragilidad, que hace que el paciente tenga riesgo incrementado de caídas,
discapacidad, dependencia que lleve a ingreso hospitalario.
Asimismo, los niños corren un
mayor riesgo de tener problemas de salud como infecciones de oído, sibilancias
(dificultad para respirar), recuperación tardía de resfríos, caries dental, neumonía,
entre otros. Dentro de los problemas a largo plazo, estos son similares a lo de
los adultos.
El Dr. José Yachachin indicó que
si el consumidor desea dejar el hábito el tratamiento es multidisciplinario.
“Lo primero que se debería hacer es ver en qué fase de abandono del consumo de
tabaco está el paciente, y de acuerdo a ello se realiza el manejo. Entre las
estrategias por emplear figuran las psicológicas (asesoramiento, apoyo social y
grupal, educación), farmacoterapia, realización de ejercicio, e incluso, la
utilidad de la acupuntura.
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